Secadero de tabaco en Granada

No se contempla ningún tipo de protección.

El secadero tiene valores patrimoniales como son, en primer lugar el valor industrial dada su vinculación con la producción y comercialización del tabaco.

Por otro lado posee también el valor etnográfico, ya que se trata de una expresión material de una tradición cultural que tan sólo se encuentra en la ciudad de Granada, más concretamente en la Vega.

Los secaderos de tabaco suelen tener una estructura sencilla y humildes. Estas construcciones se crean entre los siglos XIX y XX, con el auge de la comercialización del tabaco. Antes de centrarnos más concretamente en el secadero de calle Atarazana vamos a hablar de las diferentes tipologías para entenderlo mejor para luego analizar nuestro objeto de estudio.

Los secaderos en un principio tenían múltiples funciones, pero poco a poco fueron especializándose su producción. Los más comunes eran chamizos, conformados por un almacén de madera revestida con paja.

Hay varias formas de clasificarlos según su construcción, ubicación espacial y distribución interior.

Hay secaderos de paja que son los más antiguos y de menos tamaño con una cimentación en piedra, muy ventilados y con condiciones óptimas ambientales. También encontramos secaderos de palos, de mayor tamaño y duración que constan de una cimentación en piedra caliza. Otra variante son los secaderos de ladrillo, construidos en macizos árabes propios de la zona y con una cimentación de argamasa, por lo que su construcción es más costosa. Los secaderos de hormigón armado son una tipología reciente y escasa, por su elevado coste. Finalmente encontramos algunos secaderos metálicos, aunque son menos comunes.

El secadero de la calle Atarazana tiene una planta hexagonal irregular que se alza en dos pisos de altura. El primer piso consta de varias estancias dedicadas a la vivienda y en la segunda planta es donde se localiza la zona habilitada como secadero, sin compartimentar.

Consta de una cubierta a dos aguas formada por una techumbre de madera y de teja árabe que protegen al bien de las inclemencias meteorológicas.

La estructura del edificio está realizada en madera y las paredes están ejecutadas en ladrillo y mampostería. Las puertas de entrada son de madera y están blindadas, al igual que las ventanas. Sin embargo, para cumplir la función de secadero, en la planta superior encontramos una especie de celosías realizadas en ladrillo de forma romboidal.

En el lateral derecho (desde la vista frontal del terreno) encontramos un espacio adosado al edificio principal cuya función era también de secadero pero con la diferencia que esta zona no tiene paredes, contando tan solo con la techumbre que en la actualidad está derrumbada.

Por otro lado en la parte izquierda de la fachada trasera, encontramos una caseta que servía de gallinero conectada a la estructura principal. Compartiendo el mismo modelo que la construcción del área principal.

La parcela sobre la que se edifica el secadero es mucho más amplia de lo que ocupa la edificación. Por lo que en la actualidad es utilizada parte del terreno como vivienda de la actual propietaria.

El secadero presenta daños de diversa índole.

Los primeros daños a hacer referencia son los que perjudican a su estructura: la techumbre de madera en su lado derecho está totalmente destruida a raíz de un derrumbe causado por factores meteorológicos y lo antiguo de su construcción que además de la la delicadeza de la madera. También debido a los daños del tejado en su exterior se produce el desprendimiento de las tejas de éste, lo que supone un peligro.

Por otro lado, el acceso al segundo piso se realiza a través de unas escaleras que se encuentran en mal estado, lo que imposibilita subir, ya que hay posibilidades de un desmoronamiento.

En la entrada observamos diversos factores que requieren de actuación inmediata. En primer lugar, a raíz de la falta de cubierta, la estructura ha desarrollado unas humedades que han llegado a producir incluso el crecimiento de vegetación que cuelga del techo. Seguidamente las paredes presentan unas grietas de gran tamaño que dejan ver el futuro derribe de las mismas.

Por último, el posible derrumbamiento del edificio sino se hace nada al respecto conllevaría una gran amenaza tanto para el terreno como para las casas contiguas y la propia calle.

Se ha planteado como propuesta de uso futuro, un centro social. Este podría ser un buen lugar donde acoger a personas desamparadas y que podría suponer una necesidad en la zona, ya que no cuenta con este tipo de iniciativas sociales y que a su vez mantendría el bien cultural.

A continuación se propone ciertas acciones de mejora inmediata.

Antes cabe señalar que los propietarios ya ha realizado una serie de primeros auxilios. Concretamente, la habilitación del primer piso como vivienda, reforzando el techo para proporcionar una mayor seguridad. Gracias a esto, cuando el edificio sufrió el derrumbamiento del piso superior, el techo inferior se derrumbó.

Ante las problemática comentadas en los factores de riesgo, uno de los primeros auxilios que se propone es la consolidación de la estructura para su seguridad.

Manteniendo del suelo tanto de la primera como de la segunda planta así como una limpieza integral para la eliminación de restos de basuras, escombros y trozos de madera caídos del techo.

Para solucionar el problema de la ausencia de techumbre, sería conveniente dotar al edificio de una nueva que proteja el espacio descubierto. Esta reforma sería realizada en hormigón con sus refuerzos respectivos para evitar futuros problemas.

Además, actualmente el secadero está siendo utilizado como trastero, donde encontramos antiguos muebles y otros enseres que ocupan la mayor parte del espacio inferior, lo que requiere el despeje y la limpieza de la zona.

Lo primero se deberán abordar la rehabilitación del suelo, trabajando sobre el suelo del segundo piso puesto que el primero posee un pavimento hidráulico. Para el segundo piso proponemos la cementación y la cubierta del terreno con baldosas de gres porcelánico, con el fin de no integrar un material demasiado pesado a la estructura.

Con el propósito de aislar el interior de las inclemencias del tiempo y a su vez reforzar las paredes, se debería acomodar un material polimérico termoplástico como el polipropileno.

Para respetar la estética original, se restaurará la techumbre de madera con un modelo similar, quizás con otro tipo de madera más duradera y que permita la diferenciación de los elementos originales respecto a los nuevos.

También se debería modernizar el sistema de luz y cableado, ya que, la iluminación del interior es insuficiente y el cableado se encuentra deteriorado pudiendo ocasionar este daños si se produce un cortocircuito.

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