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Pecio Isabella. (Proyecto Patrimonio Herido. Dir: Nuria Rodríguez Ortega. iArtHis_LAB Research Group). Disponible en https://patrimonioherido.iarthislab.eu/bienes-patrimoniales/registros/provincia-de-malaga/pecio-isabella/ [27 de diciembre de 2024 06:11]
Julia García González. Universidad de Granada.
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García González, J. (27 de diciembre de 2024). Pecio Isabella. Patrimonio Herido. https://patrimonioherido.iarthislab.eu/bienes-patrimoniales/registros/provincia-de-malaga/pecio-isabella/
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García González, Julia. "Pecio Isabella". Patrimonio Herido, iArtHis_LAB Research Group, 27 de diciembre de 2024, https://patrimonioherido.iarthislab.eu/bienes-patrimoniales/registros/provincia-de-malaga/pecio-isabella/
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García González, J. (2024) 'Pecio Isabella', Patrimonio Herido, 27 de diciembre de 2024. Disponible en: https://patrimonioherido.iarthislab.eu/bienes-patrimoniales/registros/provincia-de-malaga/pecio-isabella/ (Acceso: 26 de mayo de 2021)
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Julia García González, “Pecio Isabella”. Patrimonio Herido. 26 de mayo de 2021. https://patrimonioherido.iarthislab.eu/bienes-patrimoniales/registros/provincia-de-malaga/pecio-isabella/
El naviero inglés Robinson se embarcó, a mediados del siglo XIX, concretamente el 22 de enero de 1855, en una larga travesía junto al oficial de marina mercante J. Brown, en el bergantín Isabella. Su punto de partida fue el puerto de Génova con el fin de llegar a la India rodeando África. La carga del barco era cuanto menos singular: bambú, azufre y estatuas de mármol italiano. Tras salir de Génova hicieron escala en Marsella el 6 de febrero de ese mismo año. Un mes después de esta escala, una fuerte tormenta sorprendió a los marineros. Así, el 4 de marzo de 1855 el bergantín Isabella encallaba cerca de Torrequebrada, a la altura del faro de Benalmádena. La nave se hundió arrastrando consigo toda la mercancía que transportaba.
Unos días más tarde del naufragio, Juan Giró, gibraltareño y socio de la familia Heredia, se interesó de inmediato por el suceso y expolió algunas figuras de mármol para subastarlas tal y como queda documentado en periódicos de la época.
Bien de Interés Cultural con categoría de zona arqueológica
Posee un acusado valor documental ya que supone uno de los mejores registros históricos de la época que nos permite conocer cómo se realizaba el transporte de mercancías, qué productos se transportaban, los modelos sociales, etc. La naturaleza naval del yacimiento nos acerca a conocer la realidad del momento. Por ejemplo, a día de hoy podríamos pensar que un barco que viaja a la India partiendo desde Génova no tendría por qué pasar por las costas de Málaga, sino que podría cruzar el Canal de Suez para llegar al Índico con rapidez. Pero como bien resuelven las investigaciones, en el momento del naufragio (1855) aún no se había acabado el proyecto. Esto supone que el naufragio posee un valor histórico muy interesante del que, debido a la falta de una investigación exhaustiva, seguramente queden muchos datos por descubrir.
También cabe destacar el valor arqueológico del yacimiento que se compone del bergantín naufragado, en muy mal estado, y de la cultura material asociada, es decir, la mercancía, posibles registros navales y materiales relacionados con el día a día de la embarcación.
Por otro lado, es necesario mencionar su valor artístico documentado con el estudio inicial de la esculturas neoclásicas de mármol entre las que destacan la representación de Artemis y la de Dyonisos.[1]
- Rodríguez Oliva, P. (2003). Identificación del pecio de Torrequebrada (Benalmádena) y algunas noticias sobre la carga de obras de arte del navío inglés Westmorland. Anuario. Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, 3, 35-42 Recuperado: 2021, 26 de marzo. Disponible en: https://elpais.com/diario/2003/04/29/andalucia/1051568553_850215.html ↵
La Isabella es un bergantín británico hundido a 300 metros de la costa de Benalmádena, concretamente en la zona de Calaburras y a 8 metros de profundidad donde descansa sobre un lecho de rocas.
En cuanto a las dimensiones cabe precisar que, según las investigaciones, «era de dos palos, el mayor y la mesana, tenía una eslora de 114 pies, una manga de 28 pies y un puntal de 13 pies. Las maderas aparecían perfectamente machihembradas forradas con una finísima chapa de latón. Se han hallado numerosos clavos metálicos, pertenecientes a la estructura del barco, diseminados por toda la zona.»[1]
El cargamento estaría compuesto «por un gran número de losas de mármol, varias cajas de barras de azufre alargadas y de sección triangular para facilitar su transporte, gran cantidad de cañas de bambú gruesas, varias estatuas (Dioniso, la Diosa Artemisa, Cupido, un busto femenino…) todas ellas de corte clásico; piezas de un damero o ajedrez; y la última adquisición anteriormente mencionada, los restos de tres columnas de mármol junto a lo que parece ser una peana, también de mármol» [2] todo ello a merced de las corrientes marinas que entierran y desentierran el yacimiento y que llevan a la aparición de objetos asociados al mismo pero distanciados de este unos 150m.
En cuanto a su tutela es preciso señalar que en 1961 la Universidad de Barcelona realizó una investigación de la estructura del pecio junto a la cultura material asociada a este bajo agua y en superficie. Concretamente analizaron la cronología de las esculturas para determinara a que periodo se adscribían y concluyeron que eran de época moderna.[3] Además, dichas investigaciones, promovieron el conocimiento de este patrimonio entre los habitantes de Benalmádena que, desde este momento, lo apodaron «el barco de los santos» por las esculturas de mármol blanco que custodiaba.
Otra intervención destacada se produjo en 2003, fecha en que el Ayuntamiento de Benalmádena contrató a la empresa de arqueología subacuática Nerea la realización de una investigación que ha permitido desvelar que la carga no tenía como destino embellecer una propiedad del consúl británico William Mark como plasmó en su informe Temboury. [4]
En 2009 el pecio fue declarado Bien de Interés Cultural [5] y si bien ayuda a su tutela, al mismo tiempo ha despertado el interés de expoliadores y está siendo necesario el control por parte de la Guardia Civil del espacio marítimo, fue por ello que en 2016 tuvieron que extraer dos basamentos marmóreos [6]
- Decreto 285/2009, de 23 de junio, por el que se inscriben en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bienes de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, cincuenta y seis bienes sitos en las aguas continentales e interiores de Andalucía, mar territorial y plataforma continental ribereña al territorio andaluz. ↵
- Decreto 285/2009, de 23 de junio, por el que se inscriben en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bienes de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, cincuenta y seis bienes sitos en las aguas continentales e interiores de Andalucía, mar territorial y plataforma continental ribereña al territorio andaluz. ↵
- Rodríguez Oliva, P. (2015). «Las esculturas del pecio de Torrequebrada (Benalmádena, Málaga)». En García Sánchez, Jorge; Mañas Romero, Irene; Salcedo Garcés, Fabiola (eds.). Navigare necesse est. Estudios en homenaje a José María Luzón Nogué, Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 548-554. ↵
- Peláez, E. (2003). Detectives del mar. El País. Recuperado: 2021, 10 de marzo. Disponible en: https://elpais.com/diario/2003/04/29/andalucia/1051568553_850215.html ↵
- Decreto 285/2009, de 23 de junio, por el que se inscriben en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bienes de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, cincuenta y seis bienes sitos en las aguas continentales e interiores de Andalucía, mar territorial y plataforma continental ribereña al territorio andaluz. ↵
- La Guardia Civil salva del expolio restos de La Isabella, El País (2016). Recuperado en: 2021, 14 de marzo. Disponible en: https://elpais.com/cultura/2016/05/01/actualidad/1462095356_428486.html ↵
El estado actual del pecio es difícil de determinar debido a la falta de un estudio sistemático del bien. Ahora bien, contamos con un breve informe que, como ya hemos explicado en esta presentación, arrojó Juan Temboury en 1961. En aquel momento se supo que la nave estaba demasiado deteriorada como para reflotar alguna de sus piezas pero que en su bodega se observaban numerosos objetos de interés.
El paso del tiempo, la erosión y las corrientes marinas, que a menudo desentierran y vuelven a enterrar los restos, no son la única amenaza. Se han registrados saqueos o hallazgos fortuitos oficialmente en 1961, 1974, 1982, 2002 y 2009. Evidentemente estas fechas no incluyen los indefinidos expolios que ha podido sufrir, sobre todo si atendemos a que se conocen las coordenadas del bien.
Gracias a la información extraída de la Declaración de Bien de Interés Cultural en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía de 6 de julio de 2009, junto a las escasas investigaciones que se han realizado del pecio, concluimos que el aunque el pecio se encuentra en riesgo grave aún quedan visibles algunos elementos de la estructura. Por otro lado, se han rescatado parte de su cargamento (varias esculturas y columnas de mármol, losas para el revestimiento de solería, diversos elementos metálicos constructivos y artefactos vinculados con la vida a bordo del barco), estos sí, en buenas condiciones.
Promocionar el conocimiento sobre el bien y activar nuevas ofertas culturales que permiten disfrutar de él en su conjunto. Sería interesante utilizar la dualidad que presenta el pecio con estructuras y cultura material aún en el mar y también en tierra. Ello permite realizar actividades en el municipio tales como exposiciones, conferencias, etc. pero también bajo el agua. A través de las segundas se podría dar a conocer el pecio mediante visitas guiadas que permitan a las personas disfrutar del patrimonio cultural y natural al mismo tiempo en la misma línea de las propuestas iniciadas con respecto al pecio del s.XVIII naufragado en las costas de San Pedro de Alcántara.[1]
- Griñán, F. (2018). Los naufragios de Málaga, los olvidados de la arqueología. Diario Sur. Recuperado: 2021, 6 de marzo. Disponible en: https://www.diariosur.es/culturas/naufragios-malaga-olvidados-20180716002948-nt.html ↵
Analizar el estado de conservación del pecio y su cultura material para recuperarlo y ponerlo en valor.
Estudiar el bien en su conjunto para poder intervenir en aras a documentarlo, conservarlo y difundirlo. En paralelo se debería actualizar el inventario de cultura material correspondiente al pecio que fue iniciado en 2003.
Posibilitar las visitas al pecio y a la cultura material extraída, difundirlo mediante la utilización de las nuevas tecnologías y la realización de actividades de diversa índole.
Por último, animamos a los especialistas en la materia a crear una red investigadora que permita recuperar pecios destacados de Málaga como el Pecio los Mármoles; el Pecio de las Columnas; los Pecios de los Holandeses; o el Pecio de la Mezquitilla.
Decreto 285/2009, de 23 de junio, por el que se inscriben en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bienes de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, cincuenta y seis bienes sitos en las aguas continentales e interiores de Andalucía, mar territorial y plataforma continental ribereña al territorio andaluz.
Griñán, F. (2018). Los naufragios de Málaga, los olvidados de la arqueología. Diario Sur. Recuperado: 2021, 6 de marzo. Disponible en: https://www.diariosur.es/culturas/naufragios-malaga-olvidados-20180716002948-nt.html
La Guardia Civil salva del expolio restos de La Isabella, El País (2016). Recuperado en: 2021, 14 de marzo. Disponible en: https://elpais.com/cultura/2016/05/01/actualidad/1462095356_428486.html
Martín, L. (2009). Los tesoros hundidos en Málaga, un gran museo silencioso. La opinión de Málaga. Recuperado: 2021, 10 de marzo. Disponible en: https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2009/06/28/tesoros-hundidos-malaga-gran-museo-29010323.html
Peláez, E. (2003). Detectives del mar. El País. Recuperado: 2021, 10 de marzo. Disponible en: https://elpais.com/diario/2003/04/29/andalucia/1051568553_850215.html
Rodríguez Oliva, P. (2003). Identificación del pecio de Torrequebrada (Benalmádena) y algunas noticias sobre la carga de obras de arte del navío inglés Westmorland. Anuario. Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, 3, 35-42 Recuperado: 2021, 26 de marzo. Disponible en: https://elpais.com/diario/2003/04/29/andalucia/1051568553_850215.html
Rodríguez Oliva, P. (2015). «Las esculturas del pecio de Torrequebrada (Benalmádena, Málaga)». En García Sánchez, Jorge; Mañas Romero, Irene; Salcedo Garcés, Fabiola (eds.). Navigare necesse est. Estudios en homenaje a José María Luzón Nogué, Universidad Complutense de Madrid. Madrid, 548-554.